Lis Lucas Pérez

Lenguas Muertas

Apareció entonces tu mirada, 

¡Mil nubes encerradas en tu manera de inquirir!

Tuve entonces el placer de verla despejada

¡Y un sol sin fecha ni rumbo apartó todo lo callado!

Tuve entonces, por desgracia o retorcida fortuna, que ver sus diluvios,

¡Y tu cielo cambiante hizo temblar todo el Parnaso!

 

Y no pudieron sus hijos gritar a la injusticia, porque toda posibilidad de nombrarla quedó sepultada junto a lenguas muertas.

 

Y no pudieron sus nietos escribir de esa desdicha, porque el aguacero dejó a la tierra embarrada sin amor, colores, ni poetas.