En un minuto, en tan solo un minuto, mi vida puede cambiar, como un suspiro leve que el viento lleva, como un rayo de sol que empieza a brillar.
Un minuto basta para decidir, para amar, para perder, para florecer, para abrir una puerta o cerrarla sin mirar, para encontrar un camino o volver a empezar.
En un minuto, el mundo puede girar, y en ese giro, todo puede florecer, un instante pequeño, pero tan profundo, que guarda el poder de cambiar mi rumbo.
Por eso valoro cada segundo que pasa, porque en un minuto, la vida se abraza, y en ese tiempo efímero y sutil, se esconden milagros que el alma quiere sentir.
~ Jhosneidy Z. López