Cuánto les he dicho que las amo me pregunto…
Tal vez no tanto como debería.
Cuánto he sido un ejemplo a seguir…
quizá poco.
La verdad es que las palabras
se hacen pequeñas ante la inmensidad de lo que siento.
Porque, a pesar de no haberlo dicho lo suficiente,
sus vidas están grabadas en mi pecho.
Desde que te sentí en mi regazo,
pequeña de pelo alborotado, cambiaste mi existencia.
Desde que nos diste la sorpresa,
pequeña deportista, mi mundo se iluminó.
Cuando las tengo lejos
me pesa la conciencia de no haber dicho los suficientes “te amo”,
de no haber estado más presente.
Pero les digo, con sinceridad,
que son, con claridad,
lo más hermoso que la vida pudo darle
a este tonto despistado.
Amo sus sonrisas, amo sus locuras
De mi soledad son mi cura y de mi vida toda mi ternura
Luz de Flores