Jorge L Amarillo

Tristeza de otoño

Advierto la tortura del otoño
para con ese árbol que pierde a sus hojas,
sin notar que yo también estoy solo
mientras se aquieta el paso de las horas.
 
 
Todo adquiere un ritmo más lento
abriéndole las puertas a la tristeza,
donde la mente se entrega al recuerdo
y es el alma que por dentro desespera.
 
 
Nada puede ser de otro modo
con el corazón y el árbol que se deshojan,
donde la lágrima besa a mi rostro
y el silencio que, al abrazarme, me reconforta.
 
 
El árbol sin hojas, yo desnudando el sentimiento
con el otoño que nos abraza a su manera,
pero ambos estamos muriendo
consumidos, él por su dolor, y yo por todas mis penas...