Estas trasmisiones relucen
una realidad dilatada,
los páramos de flores
son prontos a expirar.
Van día tras día
y siempre volverán,
abren ambos ojos.
Toman el agua
y en el suelo seco
el sol se arrastra.
Sigo dormido siempre
mientras me impregno
a la suciedad cercana.
Todos estos metales
y todas estas voces
no limpian mi ser.
Corto y tiro
mi vieja piel
que ya no es mía
sino de él.
Del pensamiento colectivo
con ideas fantasma
y telarañas en sus pies.