La vida es ajedrez,
casillas de blanco y negro,
donde la risa y la pena
se sientan en un tablero.
Somos peones de camino,
avanzando poco a poco,
a veces caemos antes,
a veces llegamos rotos.
Los caballos hacen giros,
los alfiles cruzan de lado,
las reinas se creen diosas,
los reyes ya están cansados.
Y en medio de tanta lucha,
de jaques y de emboscadas,
nadie sabe quién nos mueve,
quién nos usa, quién nos guarda.
Solo somos piezas vivas,
fichas de carne y latido,
movidas por una mano
que escribe nuestro destino.
La vida es ajedrez,
una partida embustera
cuando crees que has ganado,
el jaque mate te espera.