Crisanto Salazar G.

Frente a una taza de café

No hay mejor mañana

que verte despierta

frente a una taza de café,

con esa parsimonia tuya

que lo dice todo 

sin pronunciar palabras. 

 

Te observo desde la distancia,

y aunque sé que estás aquí,

te siento tan lejos,

como un suspiro perdido

en el viento.

 

Hay cosas

que no necesitan explicación,

simplemente suceden.

El café humea

en la taza que sostienes

y tus ojos,

espejos de tu alma,

me encuentran,

revelando mi presencia. 

 

Una sonrisa de complicidad

Ilumina tu rostro.

Regresas a mí,

intentando sorber

ese primer trago,

siempre tan difícil.

Entre tus labios y la taza

solo existe el deseo.

Vacilas

y luego te convierte en un coqueteo

entre la taza,

el aroma del café

y tus labios. 

 

No hay necesidad de palabras

cuando sabemos que lo hemos dicho todo.

Dejemos que hablen las miradas,

que cada mueca o gesto

exprese lo que siempre hemos negado.

 

No hay mejor mañana

que verte despierta

frente a una taza de café,

preludio de lo que vendrá.

 

Anda

toma tu trago;

siempre es bueno tomar las cosas como son,

sin perder ese temple.