Me gustaría que en mi relación no te hubieses pintado,
yo antes que tú estaba azulado,
cuando te encuentre mal puesto
te pongo el ojo morado.
Mi corazón sigue aferrado,
aún cuando la recuerdo quedo sonrojado.
Maldito pintor, ese pintor nos ha esperado.
Por ese pintor, paso mis días frustrado.
No soporto su arte, tal vez sea el hecho de que arruinó
nuestro maravilloso desastre.
De todas formas siento que no tienen composición.
En ninguno de tus dibujos veo emoción.
Y no trates de decir que en mí causaron
conmoción, te estoy respondiendo la maldita traición.
No es arte abstracto, eso es un garabato.
Carecen de concepto,
te bautizo como el artista que en el arte es un inepto.
De tus bocetos me quejo,
tus vectores no tienen narrativa,
ninguna de las miradas que haces
se ven realmente vivas.
No es cuestión de perspectiva
tampoco de relatividad,
es que alguien que viva del arte
necesita creatividad.
Cuando fue tu musa, quedé petrificado
al ver tal atrocidad pensé que algo te había pasado.
Obviamente fue que su pincel no había madurado,
capturando tu belleza en ese pobre retrato.
Solo Basil Hallward se atrevió a tanto
te respondo con la furia de mi canto,
transformando tus líneas en un arco,
perforando tu pecho como narco.
Dedícale mil dibujos, hasta que cautives bien su belleza,
no seas tacaño con la tinta, suelta esa pereza.
La próxima vez sus labios son color cenizo cereza,
lo sé con certeza.
Viendo tu dibujo, me encontré con la rareza
tuviste razón, pudiste capturar su pureza,
te pido que la trates con gentileza,
sales con la chica más linda de la realeza.
Una imagen vale más que mil palabras,
comienza a dibujar que yo haré un millón de cartas.
Para enseñarte, demostrarte y cautivarte, como
con una musa se hace arte.