Jamás hubo lid con más reclamo
Que la que a mi corazón mueve por tí,
Y no es, sino de buen soldado
Cumplir con el deber que prometí,
Y fue esta, mi más grande promesa,
Cubrirte de mil glorias y alabanzas,
Dedicarte todo verso y empresa,
Rendirte el honor de mil altezas,
Déjame entonces ser tu soldado,
Para a capa y espada poder defender
Y guardar a mi ser más amado,
Para en desdicha no dejarte caer.