Me preguntan qué busco en compañía
y respondo: \"Dos y un poco, nada más\",
mas todos piden que les traduzca
esta ecuación tan peculiar.
Escuchad, que os voy a contar un cuento
de números que buscan su lugar:
Yo soy un individuo, uno completo,
un entero que sabe caminar.
Soy el uno que puede estar solito,
que resuelve problemas sin ayuda,
que no necesita ser infinito
para que su valor nunca se muda.
Mas busco otro uno de igual manera,
que también sepa estar en soledad,
pero que por amor y por ventura
decida compartir su identidad.
No busco media naranja perdida
¡qué concepto tan grotesco!,
ni alguien que complete mi partida,
quiero un uno, único, entero, fresco.
Busco un uno que sumado al mío
nos haga dos, mas algo más también,
que juntos valgamos un poquitío
más de lo que valemos por sí bien.
Que superar problemas sea más fácil
cuando los enfrentamos de a dos,
que nuestra suma sea más grácil
que la resta que hace el desamor.
Ser dos y un poco, esa es mi meta,
y luego, si el destino nos sonríe,
pensar en ser tres y un poco más...
¡Ay, qué la aritmética nos guíe!
Un tema difícil, lo reconozco,
es una muy extraña ecuación,
mas sigo buscando a ese otro uno,
no menos que una perfecta adición.