Mira que tú amor me hace bien,
porque al caer en un infierno de corazones fríos,
me desarma el alma.
Mira cómo está rota en mil pedazos,
me cuesta vivir, no puedo,
me cuesta armar.
Casi vivo de una sola ilusión,
no puedo.
Pero ya no puedo con este frío corazón...
Mira cuando me agarras de las manos y me abrazas,
me haces volver a la vida.
Tus dedos son como soga,
algún día estaré mejor,
son esas agallas atadas,
cómo cara a cara valentía de cobardes.
Mira poco mejoro de mis fantasías,
quisiera terminar este libro de mentiras,
como fábulas sin animales,
esas lecciones sin moral.
Pero son solo recuerdos que llenan de imagen tenue
un mural cualquiera, sin virtud.
Mira, le has ganado al tiempo,
Maely, con un cálido papi,
con tu voz ardiente quemando todo a tu paso.
Ese murmullo llamado Toto,
que es escuchado cuando llenas de alegría.
El mundo a tus pies.
Mira que la vida es corta y no perdona un sentimiento,
menos un amparo, un soplo, un aliento.
Mira, tú, Antonia, con luz, con fuerza,
no cese, déjala que suba.
Tan cerca de ti, sin poder resistir a tu forma de amar,
dilema de tus besos, mis pequeños labios,
caigo en tus brazos de muñeca de trapo...
Mira, en el nido, halla siempre un buen día,
el arroz sea tiempo, tu alimento.
Un buen helado de verano,
dure más que tus días veganos.
Mira que un cereal te salva la vida,
como la salvia cura las heridas,
la saliva de mi niña es el amor puro...
25/05/24