La noche se volvió presa
del minutero andante,
sacudí el cielo pictórico,
derramé fuego lúcido,
tejí en mil nubes tu rostro,
adormecí tormentas,
até y capturé ciclones.
Tranquilicé los valles,
coseché miles de rosas,
pero no te encontré,
por más que creé senderos
cubiertos de letanías
libres de transparencia.
Te esperaré por mil lluvias,
aunque me desvanezca
y no quede aire de mí.
¡Ay, morena canela,
vivo bajo tu condena!
02 de octubre 2025