Enrique Fl. Chaidez

Abrir la puerta

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Abrir la puerta al cielo es despojarse 
antes de todo peso, alzar las alas 
que da la fe, vestir las blancas galas 
de la simplicidad y arrodillarse. 
 
Reconocer la Altura es arrobarse 
junto a un pensamiento sin escalas. 
Dejarle atrás al mar las horas malas 
y de humildes virtudes alhajarse. 
 
Entrar por la dorada puerta suena 
a coros de jardines acerados 
y al habla del amor entre las rosas. 
 
Solo se abre tal puerta al alma plena, 
lista a gozar alcázares perlados 
y fragancias de pátinas herbosas.