Ayer me preguntaba
qué era lo que me hacía quedarme contigo.
Hoy, mientras paseábamos por todo Villahermosa,
mirabas los cuadros con cuidado,
como si intentaras leer
cada pensamiento del pintor en sus pinceladas.
No soltabas mi mano.
Atento, me escuchabas.
Me mirabas con cariño en cada sala del museo,
haciéndome sentir
uno más de los monumentos.
Caminamos por todo el centro.
Hablamos de muchos secretos,
secretos que me avergonzaban,
que me atormentaban,
que me robaban el sueño.
Y aun así, me abrazaste.
Me amaste y adoraste
como nadie lo había hecho.
Me limpiaste las lágrimas,
besaste mis heridas,
entendiste los errores de mi vida.
Todo eso me hizo saber
por qué te tenía en mi vida
y por qué odiaba perderte,
mi vida.