Dices que ya no me conoces,
que he cambiado…
pero si no cambiaba,
me habrías seguido lastimando.
La mujer dulce y tierna
tuvo que morir
para que entendieras
lo que nunca valoraste a tiempo.
Dejé de ser atenta,
porque tu atención nunca llegó.
¿Para qué dar lo que no se recibe,
a quien no escucha?
Prefiero perderte,
aunque algún día comprendas
que conmigo todo era único,
que la magia sí existía.
No vuelvas a llamarme,
ni vengas a mi casa,
mi viaje hoy es hacia otro lado,
me libero de ti
y también te libero de mí.
Me quedo con los buenos recuerdos,
yo quería que funcionara,
pero no se pudo…
siento que otra vez fracasé,
pero aun así, te dejo ir.