Sir. Black Lyon

Cuatro letras obliteran y sangran mi ciudad (sobre la ironía antropológica en su rol socioeconómico en un contexto violento producto de décadas de caciquismo, ignorancia y nepotismo).

¿En qué momento los demonios se apoderaron de la región?
¿En qué momento nos apartamos de Dios?
¿Será porque nos apartamos de Dios el preludio de Legión?
Pues, finalmente, ha caído el terror.

Con música que distorsiona al alma
transitan las camionetas a todo volumen.
Motos con \'pollitos de colores\',
halcones famélicos que a la muerte presumen.

Jóvenes necios que buscan la vida fácil,
más fácil desaparecen y difícil los encuentran.
No obstante, a otros, a la fuerza ingresan
a la secta deshumanizante que en ranchos entrenan.

El político cierra la boca,
pues ha pactado desde el sexenio anterior;
mientras el mesianismo y gatopardismo abunda,
la Paz yace moribunda.

Del fenómeno social que no terminará;
a la tautología que lleva a la escatología;
décadas de ignorancia y envenenamiento;
opacadas por un \"Gol\" de entretenimiento.

Miro los \'puntos\'; observo las señales;
veo los altares a las supuestas deidades.
Y el bueno debe guardar silencio
para evitar las adversidades.

Secuestros, extorciones, cobro de piso, abusos; maquinaciones, violaciones e injusticias...

¿Será la cobardía del \'bueno\' el progreso del mal?
¿Qué tan viciada está nuestra sociedad?
La educación es un arma poderosa;
por tal motivo, la han mancillado y marginado.

¡Cuánto dolor es ver las largas listas de los desaparecidos!
Gente que ya no tiene nada que ver con aquellos malagradecidos.
Pero que en esta ola violenta han sido arrancados
de sus hogares en donde no han podido ser honrados.

Dios te perdone, progresismo;
Dios te perdone, morenismo;
Dios te perdone, \'cuatro letras\';
Dios te perdone, vendedor de fantasías.

¡Viva Cristo Rey!