Misael Gaston

EL GORRIÓN

 

Simplemente con vuelo decidido,
Aleteaba el viento soberbio y solemne,
Visitaba la copa de vacíos árboles,
De hojas ya muertas y ramas endebles.

 Libertad susurraba su encanto,
Tan sencillo como esperanzado,
Soledad de cantares perdidos,
Desarraigado y por frío, desolado.

 Quiere trinar en tormentas de arena,
Con asuntos perdidos indecisos,
Hacerse ver entre la niebla,
Humedecer sus patitas en el río.

Pero pasa y aveces llega a tiempo,
Llega sobresaltado y casi al filo,
Al filo de la noche que aveces espera,
Y en confianza comparte el viaje que se hace corto.

No sobre piensa el destino sin la luz,
Es mas, se agita su conciencia en tenue calma,
De momentos que esperaba incesante,
Y llegaron para siempre, bajo estrellas de sábana.

 Sin embargo se marcha y debe hacerlo,
No quiere pero debe seguir un ritmo,
Debe abandonar cariño y arraigo,
Para cantar a la distancia y discontinuo.

 Le apura el invierno  y se agobian sus días,
Aprisa y de a poco se aleja queriendo,
Le duele apartarse, sentirse sin momentos,
Soñar en futuros de finales ya muertos.

Un día seguro, primaveras se acercan,
Sabe que debe dejar lo que no acepta,
Y cae rendido, llorando a su sueño,
El amor callado, dormido en el tiempo.