Ando a tientas como una sombra en la oscuridad
con presentimientos que emergen calladamente.
Con el látigo furioso que embriaga a mi soledad
y la soledad que, como siempre, solo me somete.
Una voz en mi interior me dice su cruel verdad
mientras voy, sonámbulo en medio de la gente.
El alma que escapa de mí olvidando su lealtad
y ya no es igual el ayer a todo este presente.
Mi espíritu escapando de su espiritualidad
en esta nebulosa que es menos transparente.
El tiempo que respalda a esta fea realidad
donde, por más que trate, no me es indiferente.
Subyugado estoy ante mi propia imposibilidad
donde el silencio es parte misma de mi peste.
Y sigo trasladando mi destino con mi fragilidad
para que mi historia se repita nuevamente...