_El futuro de la patria_
La patria no está en el himno.
Está en las manos callosas,
en el abrazo que llega a tiempo,
en la olla que hierve para todos.
El poder compra relojes
para medir su tiempo.
Pero el tiempo siempre
termina por medir al poder.
El amor no es ciego.
Mira más allá de lo evidente,
y a veces, por eso,
duerme con los ojos abiertos.
La risa es subversiva.
No hay tirano
que soporte una carcajada
a sus espaldas.
El futuro se escribe hoy.
En la mesa, en la calle,
en la mirada que decide
no bajar los ojos.