Porque nada es lo mismo sin el conocimiento
que da sentido a lo que nos rodea.
Nada permanece en su esencia
cuando ha sido impuesto,
o cuando deseamos
que sea distinto
de lo que realmente es.
Como tampoco lo es,
sin la claridad mental necesaria,
para permitirnos experimentar
la realidad
de manera auténtica.
Solo así: a cada cosa, lo suyo,
y a cada instante, su verdad.
Actuando en consecuencia.
Y así, ante los prejuicios,
lo que se puede llegar a sentir sin darse cuenta,
o lo que la sociedad impone.
Como lámpara y brújula,
que van guiando el camino sobre el mapa
de las cosas de la vida.
Como luz que ilumina tiempos oscuros,
decaimientos o caídas.
Porque nada es lo mismo sin el conocimiento
que da sentido a lo que nos rodea.
Pienso, digo y hago en consecuencia. Por eso:
Reconocer lo importante,
agradecer lo que se tiene,
pensar lo que se dice,
distinguir lo que se siente,
escuchar a quien habla,
y habla de lo que se sabe.
Sin duda, se han convertido en un libro abierto:
el mapa y la brújula,
donde cada página se va escribiendo día a día...
Señalando con certeza una opción inteligente:
¡Para afrontar y vivir la vida!