jesus alberto porras

El oro de tu cabello

 

Me pierdo en el oro de tu cabello,

donde los hilos tejen majadas de amor.

 

Perderme en dos esmeraldas tuyas

es un delirio sin regreso.

 

Tus labios, frágiles y encendidos,

me llaman al beso,

a la ternura que arde,

a la pasión que desborda sus orillas.

 

Me enredo en tus cabellos como en raíces de fuego,

¿o serán campos de oro

donde cada brote respira un suspiro

hacia el pecado dulce de este amor que no muere?

 

Tú eres el sol mismo,

rostro encendido que al mirarlo

condena a quien lo contempla

a ser tu eterno enamorado.

 

Y una brisa desciende,

abrazando el cielo con esperanza,

mientras cruza el firmamento

la claridad de tu nombre.