La Biblia
Es verbo que en el tiempo se hizo historia,
palabra que en la tierra halló su nido;
es luz al corazón del hombre herido,
es miel entre los labios y memoria.
Es llanto del profeta en el desierto,
suspiro de David que al cielo canta,
camino desde el alma a la garganta,
fulgor de un paraíso que está abierto.
Es trigo que en el surco del espanto
creció con la simiente redentora,
y es fuego que derriba a cualquier hora
el manto del orgullo que hace el llanto.
Es sangre del sublime y gran Señor,
la carta que contiene vida plena:
es río que recorre entre la arena
de gozo y de entusiasmo cuan amor.
Es voz que en el silencio clama, «¡vive!»,
espejo de la vida soñadora.
Torrente de una sangre redentora
en donde siempre el hombre se revive.
Es el pan de los siglos y el consuelo,
el alba que no teme a la tiniebla;
la Biblia es, en su esencia, vida nueva
en donde la semilla es Dios del cielo.
Samuel Dixon