Lady Necro

Sueña el poeta la pesadilla

 

En algún lugar,
Sostiene entre sus dedos calcinados lo que sobrevive de un poema;             lagrimas negras se resbalan en su máscara de cenizas. 

 

Muy lejos, ese alguien sueña con ser poeta;
Escribe en las paredes pintadas con sangre lo que sus manos temblorosas invocan desde el hocico oscuro del día que se volvió eternamente noche. 

 

La boca cerrada porque hasta las palabras se espantaron de gritar tanto;
Los puños duros, un cuerpo hecho pedazos; como edificio en llamas que expone sus huesos de acero torcidos y golpeados.

 

Vive en un mundo de cadaveres y bombas.

 

Sueña a su madre y la caricia de su mano blanda espantando la pesadilla, mano hoy dura y fría atrapada en el escombro;
Ruina de cuerpo petrificado. 

 

Sueña regresará su padre como cada tarde; La última vez que se le vio lo llevaban a rastras los soldados, con las risas de cuchillos y ojos de diablos. 

 

Cierra sus ojos y vive de nuevo;
escribe, en el suelo como una invocación, la palabra muerte junto a la palabra amor, y quiero, auxilio, mamá, papá, flor, balazo, siento, miedo, libro, duele, extraño, cielo, ruido, mundo, silencio.

 

Un grito. 

 


Se borran sus versos entre las pisadas de  verdugos encapuchados y se derrumban sus paredes, y se esfuman las hojas de entre sus ennegrecidas manos. 
 


Oh, palestina! No quieren dejar ojos, ni poemas, ni voces que retraten la barbarie de su terrible injusticia y la brutalidad de sus amos. 

 

¡Oh, palestina!

¡Oh, sus poetas!

¡Oh, su gente! 


¿Que sera de la ternura a carne viva que se pronuncia en medio de su odio descarado?