Yo no quiero ver la muerte
en los ojos de los niños
que asustados han de verme,
sin promesas ni destino.
Y no quiero que se enteren
que malvado es el olvido,
si olvidamos que son seres
como son también los hijos.
¿Por qué callas la palabra
cuando mueren indefensos?
¡Ay batallas de canallas
que provocan tantos muertos,
y en el alma putrefacta
llevan crímenes confesos!