edgardo vilches

RUTINARIO

Con una existencia inconducente,

grisácea, plana, a veces apesadumbrada;

Con un entorno de desconocidos sueños

invento, en el interludio de las tardes,

poemas que no van a ningún lado;

Versos estilando pequeñeces;

Vida estancada en los albores

de un post modernismo

manchado por la ansiedad

de un “no sé qué”…

 

Son voces desconocidas,

que chapotean

en mi hoja blanca,

imponiendo una métrica encriptada

de sinrazones, omnisciente,

dominada por la escritura existencial.

 

Es el instinto y no la razón;

Es la necesidad estomacal y no la mente;

Es el sortilegio y no la dialéctica,

que trabaja en silencio,

sobre mis sueños;

Es el alba de los días inventados,

por una poesía, que ha madurado

en el quehacer de largas semanas.