Instante donde el verde se desvanece y
los brillantes colores se encienden...
Debo decir: ¡Salud! A tus ídolos vencidos...
El otoño es, muere.
La estación otoñal del 2001,
se hunde en la indigencia...
Pálido el dolor se desata en palabras
que se muerde, se escupe, gestícula y habla:
\"Debo decir amen a tus ídolos rendidos,
a tus íconos perdidos, a los próceres de retrete, a los héroes de la libertad, la carne y
los sentidos que no conmueven...\"
Ahora que es subterfugio,
donde se ocultan lágrimas en
lo obscuro y se secan...
El otoño es, muere.
Ahora que las ideas son palabras
vacías, enajenadas, vulgares
instructivas al delito (desgracia social adquirida)...
Ahora que es
mismo
sismo
instante...
El otoño es, muere.
Hernán J. Moreyra