La frescura del amanecer es engañosa,
por dentro de una hora el sol naciente
inundará de luz el teatro de la vida ,
y el sol sofocante de mediados de verano
asediando a un día láguido.
Debajo la sinuosa carretera costera ,
cual un serpiente en camino a bañarse
en los senos de olas seductoras,
que acarician la playa con abanicos
extendidos de espuma reluciente.
Buceamos por el reino de Neptuno,
compartiéndolo con daidades míticos,
vigilantes de una civilización omnipotente,
sus miradas petrificadas, con indiferencia
nuestra intrusión observan.
Nos marivallamos ante la complejidad de los mosaicos,
que embellecieron villas opulentas de la ciudad de lujuria,
donde máscaras disfrazaban la nobleza en actos de libetinaje.
Aunque Bayas sí cosechó su destino sísmico, sin duda,
la ciudad de indecoro era una maravilla arquetectónica.
David Arthur ©®
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