Amarte no lo puedo dejar para después.
Mi espíritu, al mirarte, quiere sonreír.
Te quiero más cerca y no tan lejos,
te quiero con la fuerza del sol.
Coincidiré con los ángeles risueños,
el paraíso en mis sueños.
¿De dónde sale tanta fuerza?
Con pasión te diré:
perdona mi alma soñadora.
Soy un muro... ¿quieres escribir?