Cuando en el corazón surge dolor
de igual modo florece la esperanza
que regresa al alma la templanza
cual si fuera un bello canto aliviador.
La esperanza muere en el infortunio
y renace de quien la asesinó
cae ante el dolor que otra vez reinó
en la lucha sutil por el dominio.
Dos conceptos que son parte del alma,
dos velas que se extinguen y renacen
una eufonía que al ser entusiasma.
Son ciclos que impiden que no fracasen
y las mentes se sumerjan en miasma,
que frenan a lo que tristeza causen.