Por seguir pensando lo que en ti pensaba
fui creyendo todo sin que me dijeras
lo que tú pensabas de las primaveras
ni el amor sentido cuando te abrazaba.
Por andar soñando lo que en ti soñaba
se fueron durmiendo todas las esperas
y lo que soñabas junto a las riberas,
porque no sabías cuánto yo te amaba.
Y así fui escribiendo lo que hoy dejo escrito
con mi pluma triste por haber callado
todos mis sentires y el amor bonito
que vive en el alma de un enamorado;
pero el sentimiento nunca está prescrito,
sigo esperanzado, sigo ilusionado...
¡Dime que me has hecho, dime que me has dado!
Si algún día vienes ya no habrá cerrojos,
solo muchos besos en tus labios rojos...