Por su amor escribí los poemas
mas románticos, dulces y bellos;
y en sus letras pinté los destellos
que poseen la luz de las gemas.
Fabriqué con mis rimas diademas
que adornaran sus negros cabellos;
con los versos que tienen los sellos
que Darío imprimió a sus fonemas.
Mas de nada valió que mi lira
destilara el trinar de un jilguero;
con arpegios en donde suspira
de pasión, su divino mechero;
si su mente tan sólo delira
con la magia que tiene el dinero.
Aníbal Rodríguez.