Voy expresando ideas
en un interminable ensayo
del escribir:
Palabras que se van cruzando,
comprometiendo la voz,
que terminarán en oraciones.
Conjunciones, adverbios, preposiciones
que se buscan
entre dispersos párrafos…
Enunciados de un mundo llano,
de voces francas, versos libres,
símbolos simples, sencillos
como poemas infantiles…
Trazos, que se van urdiendo,
con sobrecogedores paisajes,
que el alma recrea y codifica
en una inesperada metáfora.
Es el subconsciente de la palabra
que se rebela
para que las letras,
armadas de filamentos,
emitan señales
entrelazando frases,
y un tren verbal
despierte aquello
que llamamos
a-l-m-a.