Lis Lucas Pérez

Olivos

Si en esta noche mi alma ya no encuentra guía,

es porque tantas pupilas perdieron el brillo.

Teñidas de miedo y angustia, 

sólo conocieron el acero y el frío.

 

Bañados en oro, palabra y fuego,

cayeron muertos todos los olivos,

y junto al verde de sus hojas, 

partió la esperanza por el río.

 

Si algún día nacen flores de sus orillas,

y las heridas del odio descansan, al fin cerradas,

será porque en el lienzo de sus cadenas,

supimos pintar nuestro mañana.