Santísimo

Abrazando a las serpientes

Abrazando a las serpientes 

Soneto a un traicionado 

 

Hazlo... Venga... Saluda a las serpientes,

abrazalas como si fuesen crías...

O reprocharán como no te rías.

Que te hinquen las encías y los dientes

 

con caras culpables, voz de inocentes.

Es veneno lo que entrará en tus vías:

suyo o auto impuesto, no tendrá tutía;

aún así, te pido, sé paciente.

 

Algún día sus brazos soltarán,

vuestras vidas ya no serán las mismas

y tus venas (con suerte) no arderán.

 

Ese día te verás en marismas

feliz y bien. Ellas no importarán.

Será así, la última de vuestras cismas.