De vez en cuando, Ale,
y para siempre.
Tu voz en el estambre
de tu boca zigzagueante,
\"¿cómo estás?\"
y ¿qué te digo?
sobreviviendo aquí,
pero tu tono llega
a mis entrañas.
Y yo quisiera decirte:
\"Dejá\"
pero entiendo todo:
es decir tu angustia,
tu preocupación,
tu pregunta.
Y quisiera decirte \"Dejá\",
pero la madrugada llega
con flores en tus manos:
nosotros en los quince
soñándonos despiertos.
Volvés como un eco propio,
un poema repetido por los labios
que prometieron amarte.
Volvés y regreso,
pero nunca del todo,
para quedarnos.
Porque algo pasará.
ya nos conozco.
Un portazo imaginario,
un malentendido.
Y abandonarás esta luna
y olvidaré tu rostro.
Pero nunca,
nunca del todo.
Porque así es el cuento:
un eterno reencuentro.