Hazme un poema,
con la visión limpia de tu alma,
mi bella artista,
como flor guardando una historia...
El mundo te oculta,
y a tus versos ni siquiera los cotiza,
mi paisana dorada,
que me prolongas toda tu frescura...
Pero yo amo tu analogía,
en el ámbito telepático de mi alcoba,
y de manera silenciosa,
imagino tu conexión en la distancia...
Hasta que haya una cita,
en una taberna de tránsito cualquier día,
y usando nuestra locura,
en lo anónimo, miel, canela y vainilla...