Lore Cruz
RAÍZ
Ayer la vi,
madre de quien fue verdugo en mi historia.
En sus ojos ardía un silencio viejo,
una claridad quebrada,
parecía sostener al mundo sin pedir nada.
No la abracé,
solo la miré,
y lo recordé:
el amor hecho ruina,
la pupila de la violencia,
la voz que me hizo pequeña.
Ella es inocencia,
pero su sangre me condena.
Comprendí en silencio:
la herida no se borra,
solo aprende a respirar en otra memoria.
Lore Cruz
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