maickol camacas

EL ALETEO DEL TIEMPO

Eran cuadrados que bajaban y subían
mientras cambiamos en tiempo y espacio
no más distintos, sino más cerca,
menos ilusos, más conscientes.
Las lámparas encendían y apagaban,
sonaba el movimiento, la desaceleración,
eran las luces de algo distinto, algo nuevo
cientos a lo lejos esperando la llegada,
cientos a lo mucho que se dejaban atrás.
Míranos más libres, más completos,
el aleteo del tiempo daba la bienvenida.