Jamás ganó los volados, no suelo encontrar dinero por la calle y jamás he visto un trébol de cuatro hojas y sin embargo te veo a ti a diario y entiendo que a veces la suerte se manifiesta de diferentes formas, en unos ojos que te miran y tu no vez, en un beso bien intencionado, en una mano por encima de tu pierna, y en esas miradas coquetas que ninguno de los dos busco y te avergüenzan, supongo que decirte amor todos los días fue mi más bella forma de gastar toda mi suerte, supongo entonces que sería pertinente llamarte mi más bella fortuna.