Aires que me abrazan
No sé cuándo llegué,
pero sé que me quedé.
Porque aquí,
las palabras no solo se escriben,
se escuchan.
Aires Galegos,
no eres solo viento,
eres memoria que canta,
puente entre lo vivido
y lo que aún late.
En tus páginas encontré
miradas que entienden sin preguntar,
versos que saben del silencio,
y voces que nombran lo innombrable.
Hoy celebro tu existencia
como se celebra un reencuentro,
con gratitud en los ojos
y poesía en el pecho.
Gracias por ser refugio,
por ser raíz y vuelo,
por recordarnos
que escribir también es amar. -