¡Ay del sendero maldito!
¡Ay del sendero maldito!
Que por él van los valientes
y por él van los proscritos.
Por la calzada romana
que hollaron césares muertos,
camino como Trajano
entre vítores y yerros.
¡Siempre criticado! ¡Siempre!
¡Siempre criticado! ¡Siempre!
Como Séneca en su exilio,
como el Cid en su destierro.
Brindo por Catón el Joven
que eligió la muerte honrosa,
brindo por la sangre noble
que no acepta vida ociosa.
¡Siempre vivida! ¡Siempre!
¡Siempre vivida! ¡Siempre!
Esta vida de combate
que el pusilánime no entiende.
Que digan los escribanos
de mi vivir licencioso,
yo sigo cual los hispanos
que murieron valerosos.
¡Siempre disfrutada! ¡Siempre!
¡Siempre disfrutada! ¡Siempre!
Como Alejandro en su copa
antes de cruzar el puente.
Por las decisiones nefandas
que el senado vitupera,
alzo mi copa de Flandes
como hiciera Celestina.
¡Ay del sendero maldito!
¡Ay del sendero maldito!
Que por él van los que osan
desafiar lo prescrito.
Brindo por Viriato el lusitano,
por Numancia la rebelde,
por todo aquel castellano
que su honor jamás se vende.
¡Siempre criticado! ¡Siempre!
¡Siempre vivido! ¡Siempre!
¡Siempre gozado! ¡Siempre!
Hasta que la Parca llegue.
Que escriban los cronistas
de mi andanza temeraria,
yo seguiré por las pistas
que dejó la estirpe aria.
¡Alzad copas, hidalgos!
¡Alzad copas, hidalgos!
Por quien vive como vive
aunque le cuesten los cargos.