el brujo de letziaga

Fulgores apacibles...

 

Fulgores apacibles,
como luces caídas que anhelan quedarse,
y con su temblor constante,
van flotando en el agua de la medianoche...

 

Por doquier y sin alcance,
en el placer se mecen y son innumerables...
que sabiéndolo imposible,
son como fracciones que buscan refundirse...

 

¡Y qué bien al sentirme!
como un poeta en la fiesta de su lenguaje...
es una belleza de suerte,
que renazca mi alma con tanto realce...

 

Que nunca os falte,
este viejo poeta con un faro de aceite,
yendo en su barca verde,
con velas blancas cantando en la noche...