Erika Castillo

Desde lejos, con amor

No es nada personal, solo quiero estar de lejos, es normal

Puede que parezca descabellado, pero es solo que me han pasado los años.

No he perdido la alegría de la vida, solo me he encontrado conmigo misma.

Me he reconciliado con la paz y la esperanza,

he aprendido a esperar, a llevar mis tiempos, mis triunfos y derrotas;

no porto trofeos ni diplomas, sino recuerdos, sonrisas y bromas.

Es que, aunque me haya caído mil veces y me haya levantado otras mil, más una, de esas que abruman,

nada cambia lo que me hace sentir feliz, algo así, tipo lombriz.

No hay razones, no se admiten palabras hirientes ni opiniones.

Cada uno es feliz cuando puede y como quiere, y aunque venga la vida, la gente, y te quiebre…

Yo sigo siendo yo: entera en mis fragmentos, con la ternura intacta y el alma en movimiento.

No es huida, es elección. No es distancia, es compasión del corazón.

Aprendí que estar lejos también es estar de tu lado,

cuando el corazón no se rinde, cuando el amor no se apaga, cuando el silencio es refugio y no daga.

Y que desde lejos, y con amor, la vida nos sabe mejor.