Kenia Arancibia

El sonido del silencio

Sentada en un banco, en esta blanca y fría sala,
puedo apreciar cada sonido que llena el lugar.
El tiki-tiki de la impresora
que chilla con cada hoja que sale.
El eco de las voces
de las pocas almas que aún quedan.
El clic-clac de los zapatos
que van y vienen con prisa.
El clic de la corchetera,
sellando hojas que parecen guardar un secreto.
El punteo de los lápices,
marcando con tinta cada escrito.
Luego, solo silencio.
Las campanas de una casa cercana,
el viento que sopla,
los autos que avanzan,
las voces y risas que pasan.
Y siento: escucho mi existencia.
El latir de mi corazón,
la tibieza de mi lápiz fundido en mis manos
mientras escribo estas líneas,
el parpadeo de mis ojos
contemplando lo que dejo aquí.