Tenemos alcaldías de chirigotas,
tenemos gaditanas, Magdalenas,
un pueblo que se olvida de sus penas
silbando el rocanrol de los idiotas,
las colas del INEM como mascotas,
las leyes de la Pepa como lemas,
piratas cojeando en las arenas
repletas de pateras medio rotas,
un viejo pescador que huele a vino
y calla cuando le hablan del destino;
tenemos carnaval, poetas, liras,
un pobre al que le sobran los motivos
por ser ave de paso entre los vivos
y, sin embargo, más de cien mentiras.