AREPENTIMIENTO
Hoy perdí más de lo que gané en mi vida.
Nunca me dolió más que me des tu mirada,
y devolvértela como si fueras solo una persona más en mi vida.
Tanto que le imploré a los cielos
que me concediera la misericordia de verte una vez más.
Al instante maldije mis nervios y enseguida miré al cielo,
Y Él se mostró decepcionado.
Entonces entendí que no puedo controlar el tiempo a mi antojo,
que soy un simple mortal que no tiene poder de apresurar las estaciones
que la vida tiene preparadas para nosotros.
Le rogué un consejo a la luna,
pero esta se ocultó entre las nubes,
haciéndome preguntar:
¿He matado tal vez la oportunidad que el cosmos me ha dado de conocerte?
También le hablé a las estrellas,
pero la noche se volvió profunda y se volvieron distantes.
Intenté razonar conmigo mismo,
pero mi conciencia me lanzó una mirada irónica,
sugiriendo que tal vez nuestros mundos sean dos universos paralelos
destinados a solo observarnos mutuamente,
muriendo por el deseo continuamente sin fin.
Decidí buscar en la vida cien razones para olvidarte,
Pero solo bastó una para amarte.
Busqué hablar con la soledad,
Y solo me concedió su silencio.
Busqué tranquilidad,
pero tu presencia perturbaba mi conciencia,
llegaste a mis noches oscuras,
donde mi soledad se vio comprometida,
sintiéndote tan distante como el océano,
pero tan cerca como el suspiro.
Fingiendo un sol ficticio donde la sombra habita, persuadiéndome de que puedo reemplazarla.
Pero sabiendo que por ella movería montañas.
Álvaro s