Alfredo Daniel Lopez

Un helecho y una rosa

 


Un helecho y una rosa
se cruzan en un jardín...
esperando poner fin
a una vida tormentosa.
Ella acepta algo dudosa
una propuesta indecente.
El helecho está demente
y es fruto de un universo
moralmente muy perverso
dónde todo el mundo miente.

En el jardín de la vida
a veces las malas hierbas,
-como las personas prohibidas-
te tientan con esas propuestas
qué provocan mil errores.
Pero apostar es arriesgar;
y arriesgar... significa amar.

La rosa duda y cavila
si dejarse conquistar,
para ella eso no es amar
ni esa vida la encandila;
sabe ella que se perfila
a una soledad que le apresa.
Otra vez duda y sopesa
si quiere sentirse amante,
no le suena muy galante
hacer ahora de diablesa.

En el jardín de la vida
a veces las malas hierbas,
-como las personas prohibidas-
te tientan con esas propuestas
qué provocan mil errores.
Pero apostar es arriesgar;
y arriesgar... significa amar.

\'Hoy quién no apuesta no gana\'
le dice su fiel conciencia.
Lo sabe, pero a su esencia
esto el camino no allana.
Ni de joven fue truhana
y hoy a la vejez viruela
hacer de fácil mozuela
no parece un sueño dorado.
Viajar en carruaje halado...
esa sí era una novela.

En el jardín de la vida
a veces las malas hierbas,
-como las personas prohibidas-
te tientan con esas propuestas
qué provocan mil errores.
Pero apostar es arriesgar;
y arriesgar... significa amar.

Si acepta al fin del helecho
esta propuesta picante,
le esperará un loco amante
que se entregará en el lecho
como nadie antes lo ha hecho.
¡Decisiones! ¡Todo cuesta!
En el riesgo está la apuesta;
si ella gana o, si ella pierde,
si será negro, blanco o verde:
¡Ella debe estar dispuesta!

En el jardín de la vida
a veces las malas hierbas,
-como las personas prohibidas-
te tientan con esas propuestas
qué provocan mil errores.
Pero apostar es arriesgar;
y arriesgar... significa amar.

El futuro no está escrito
y amar nunca es un delito.

En el jardín de la vida
a veces las malas hierbas,
-como las personas prohibidas-
te tientan con esas propuestas
qué provocan mil errores.
Pero apostar es arriesgar;
y arriesgar... significa amar.

En el jardín de la vida
a veces las malas hierbas,
-como las personas prohibidas-
te tientan con esas propuestas
qué provocan mil errores.
Pero apostar es arriesgar;
y arriesgar... significa amar.