Y no somos capaces de torcer su rumbo,
Llega con la intensidad y el recuento de placer,
Nos moja, el viento la alberga y reconoce su magia.
Dobla por las esquinas y golpea, descubre
Otra vez sus arrebatos de imprudencia.
La lluvia nos hace ver su despliegue
Nos detiene a la espera de su desición,
Y si no quiere partir es porque nos regala
Ese tiempo en el que tu mirada se coló
Dejando salir todo un recuerdo.