Es su rostro la imagen
de un ángel célico,
y su voz es sonata
de lindo arpegio;
que siempre brinda
en melódicas notas,
¡suprema dicha!
Contemplar su figura,
es ver lo bello
que el amor nos ofrece
tan dulce y tierno;
con esas rimas
que sublimes parecen:
¡la fresca brisa!
Autor: Aníbal Rodríguez.