La rosa encendida
La rosa que cada día entregas
es tan roja,
que parece arder en el viento;
su fragancia embelesa la mirada
y despierta en el pecho
un júbilo secreto,
esa clara muestra del amor
que profesas por ella.
Cada pétalo es un suspiro guardado,
un latido oculto entre hojas verdes,
y en sus manos,
se convierte en un poema vivo
que florece en medio de la distancia.
La rosa no es solo rosa:
es la presencia hecha caricia,
es el lenguaje invisible del querer,
un puente de terciopelo
tendido entre dos seres
que se reconocen en silencio.
En ese rito diario,
la ilusión se viste de eternidad,
el tiempo se deshace en instantes,
y el amor,
como rosa encendida,
se guarda para siempre
en el álbum secreto del recuerdo.
Lilia Molina Fernández
#poetadeliciense
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